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El Consejo de Gobierno ha acordado declarar
Bien de Interés Cultural, con la categoría de Conjunto Histórico, el
casco antiguo de Constantina. Esta localidad, situada en el Parque
Natural de la Sierra Norte de Sevilla, presenta notables valores
paisajísticos e importantes edificaciones de carácter histórico y
monumental.
Constantina remonta sus orígenes a un asentamiento céltico llamado
Laconimurgi, que durante los años de colonización romana cambió su
nombre por el de Constancia Iulia, convirtiéndose en un destacado
enclave estratégico tanto por su situación geográfica entre el Valle
del Guadalquivir y Extremadura como por sus abundantes recursos
mineros de cobre y plata. Pero no es hasta la época islámica cuando
la ciudad adquiere su fisonomía de núcleo compacto de población, con
una primera expansión urbana en el aún existente Barrio de la
Morería, en la ladera meridional del cerro del castillo.
En 1247 la población pasa a dominio cristiano y en 1478 se convierte
en villa de realengo al ser donada por la Casa de Medina Sidonia a
los Reyes Católicos. A partir de entonces se produce un paulatino
crecimiento de la población que posibilita el avance de los límites
del caserío hacia las zonas central y septentrional. Paralelamente,
se crea un nuevo núcleo en la orilla opuesta del llamado Río de la
Villa, en el que se funda la Iglesia de Nuestra Señora de la
Concepción. Este cauce, cuyas inmediaciones se van ocupando durante
el siglo XVI, es finalmente canalizado y encauzado bajo tierra en
toda su trayectoria a través del casco urbano. En el siglo XIX se
ocupa un área al sur y otra al norte, extremos en los que también se
producen durante el XX nuevas expansiones caracterizadas por su
marcada linealidad.
Este proceso de urbanización y las características orográficas del
terreno ha configurado un plano parcelario de divisiones muy
alargadas, consecuencia de la alineación de las casas siguiendo las
márgenes del río, con vías longitudinales cruzadas por otras
perpendiculares que se adaptan a las laderas mediante rampas y
escaleras, generando unas manzanas irregulares.
El caserío predominante está integrado por viviendas unifamiliares
de planta muy irregular, con patio trasero, soberado y cubierta de
teja. Junto con ellas destacan otras casas de carácter señorial o
burgués, con patio central y fachadas de estilos neoclásico y
regionalista, que se concentran en torno a espacios representativos
como las plazas del Padre Félix, Blas Infante, España y del Llano
del Sol o las calles Mesones, Carnicerías, del Santo Cristo y del
Peso. También se conservan instalaciones industriales relacionadas
con el vino, el olivar y la transformación de productos cárnicos.
Entre ellas sobresalen las fábricas de anisados y varias bodegas
familiares con lagares y prensas.
Monumentos
En cuanto a los edificios histórico-monumentales, el más relevante
es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación, templo
mudéjar del siglo XIV cuya torre-fachada –característica del perfil
de Constantina– fue construida por Hernán Ruiz en el XVI. También
son destacables las iglesias de Nuestro Padre Jesús y de la
Concepción y los conventos de Santa Clara y del Tardón, este último
convertido en casa de vecinos. De época más reciente es el
Ayuntamiento, construido en estilo neoclásico.
La declaración de Conjunto Histórico afecta a la práctica totalidad
del casco urbano, con la única salvedad de las últimas expansiones
del siglo XX en los bordes de los extremos norte y sur. La
superficie que se protege es de 174 hectáreas, incluyendo tanto el
casco histórico como el medio natural circundante, de gran valor
paisajístico nucleos: Las Baltrotas,
Robledo Viejo, Fuente el Negro, Fuente Reina, Cañada de la Jara, Las
Carreteras |