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Écija fue fundada por el griego Astur, origen
de su nombre. En la Edad Antigua, la etapa romana, fue una de las de
máximo esplendor, convirtiéndose en la "Colonia Agusta Firma",
siendo la capital de un convento jurídico de la Bética.
Entre Córdoba y Sevilla, asentada en el valle del Genil, surge la
bellísima "ciudad del Sol",popularmente "Ciudad de la Torres" porque
de su caserío emergen once torres, nueve espadañas y numerosos
templos, palacios y miradores, y ‘La Sartén de Andalucía’. En un
fértil valle de Andalucía entre la cañada que forma la ribera del
Río Genil procedente de las faldas de Sierra-Nevada en el pico
llamado "Muley-hacem" y las alturas de San Cristóbal con la
Cerrezuela, hállase situada Écija . Considerada como uno de los
centros artisticos más importantes del Sur, rincón mágico, donde las
vibraciones estéticas del legado de las culturas que se han ido,
gratifican al viajero que arriba de este lugar. Al bajar, se esparce
la singular visión panorámica de torres, cupulas, espadañas....,
alzándose sobre el caserío, visión única e irrepetible, que hace que
sitios como la "Ciudad del Sol" hagan orgullosa y grande a la vieja
Andalucia.
Astigi, nombre por el que se conocía en la antigüedad a la Ciudad de
Ecija, fue ocupada por los romanos en el año 208 antes de J.C.
Ecija fue pues, la primera gran ciudad de la Península ocupada por
los musulmanes, a la que cambiaron su antiguo nombre de Astigi por
el de Istigga, que quería decir "las ventajas se han reunido".
Posteriormente los árabes la distinguieron con el nombre de Medina
Estiguia o Ciudad Rica y la enriquecieron con todo lo que su alta
civilización traía. Construyeron acueductos, abrevaderos, acequias
de riego para el aprovechamiento del río Genil, elevando el agua por
medio de gigantescas norias (de las que aún se conservan algunos
vestigios en las márgenes del río), dándose así el primer gran plan
de regadío que se conoció en esta amplia vega, imponiéndose, entre
otros, el cultivo del algodón, en tan gran escala y de tan excelente
calidad, que dio lugar a un nuevo nombre a la población: Medina
Alcoton o Ciudad del Algodón.
A esta época perteneció el suntuoso Alcázar, del que aún se
conservan restos, situado en la zona más alta de la población
conocida actualmente como "Picadero". Dicho alcázar fue construido
en el mismo lugar en el que siglos antes existió el pueblo turdetano
y una acrópolis romana, parte de cuyas construcciones y materiales
aprovecharon los musulmanes.
Como obra de gran importancia de la época, destacamos también la
conducción de agua desde la fuente de los Cristianos a la ciudad, de
la que aún se conservan restos de la construcción.
A esta época pertenece gran parte del trazado urbanístico de Ecija,
como queda demostrado por la gran cantidad de calles estrechas,
mercados, fuentes, plazuelas, etc... así como los patios, rejas,
celosías y zaguanes que se conservan en muchas de las casas de
nuestra ciudad.
Durante su estancia en nuestra ciudad, los árabes nos enseñaron las
artes de la platería, alfarería, sedería, azulejería y sobre todo la
guarnicionería, actualmente de gran prestigio por sus sillas de
montar estilo morisco, típicos zahones, bridas y alforjas, asi como
el cultivo del algodón, lino, cáñamo, etc...
Del esplendor de la reconquista se conserva muy poco, fue durante
los siglos XV al XVIII cuando en Ecija se alcanza el máximo
esplendor, en los que florecieron las ornamentaciones del gótico,
del renacimiento plateresco y del genial arte barroco.
Epoca de gran esplendor en los gremios (hierro forjado, plateros,
doradores, canteros, faroleros, tapiceros, alarifes y maestros de
coches) y en la que Ecija recibe a los mejores escritores como Garci-Sánchez
de Badajoz, Vélez de Guevara y al maestro de las letras Miguel de
Cervantes, del que se dice tomó aquí el nombre para su famoso y
universal "Quijote".
Cuenta con numerosas casas-palacio.
La plaza de España llamada "el salón", es muy
agradable plantada de palmeras y flanqueada por casas-miradores con
grandes rejas y balcones salientes. El ayuntamiento del siglo XVIII,
contiene un pequeño museo arqueológico, mosaicos romanos, objetos
usuales iberos y visigodos hallados en las excavaciones de la
necrópolis.
La iglesia de Santa María, con campanario de
ladrillo, alberga también un pequeño museo: arte sacro y
arqueología. Las iglesias de Écija, construidas a lo largo de su
historia, fueron enriquecidas en el siglo XVIII con una decoración
barroca de gran calidad (retablos, campanarios): este es el caso de
la iglesia de Santiago, cuyo retablo gótico fue rodeado en el siglo
XVIII de ángeles y candelabros barrocos; es también el caso de la
iglesia de Santa Cruz, de San Juan, con un campanario decorado con
azulejos de vivos colores, de San Pablo y Santo Domingo con techo
mudéjar del siglo XV y cuyo interior fue rehecho por completo en el
siglo XVIII; es, por fin, el caso de la iglesia renacentista de la
Santísima Trinidad, cuya ornamentación muy notable data de 1700.
En las callejas que rodean la plaza Mayor,
existen algunos bellísimos ejemplares de mansiones señoriales de los
siglo XVII y XVIII, especialmente el Palacio de Peñaflor construido
entre 1750 y 1755; el Palacio de Benamejí, con su fachada de
ladrillo y piedra, y el Palacio de Valverde (1756). Acontecimientos
culturales. Feria de primavera o de mayo, parecida a la feria de
Sevilla, con desfiles de calesas, trajes andaluces, música flamenca,
etc. Productos típicos. Tortas y yemas, elaboradas en los numerosos
conventos de Écija. Trabajo del cuero (sillas de montar).
Nucleos: Astigi Urbanización, Cañada del Rabadán, Cerro Perea, Ecija,
Isla del Vicario, Isla Redonda, La Aceñuela, Los Arenales,
Navalagrulla, San Antón, Via Augusta Urbanización, Villanueva del
Rey |